domingo, 2 de marzo de 2014

Venciendo los objetivos no alcanzados

Ciertamente la época de fin de año es una época que todos anhelamos por lo que significa pasar las fiestas con la familia, tomar vacaciones, comer de todo un poco (y especial los tamalitos). Los niños esperan sus regalos de navidad, y los padres disfrutan de ver a sus hijos felices. La llegada del año nuevo también trae consigo una renovación de votos: "este año si hago dieta", "este año aprendo inglés", "este año voy a visitar más a mis amigos y familia". Las famosas resoluciones de año nuevo.

En esta familia espiritual no usamos la frase de resoluciones de año nuevo, sino que nos referimos a proyectos para el siguiente año. De primera entrada, para las personas recién llegadas, podría sonar algo frío; proyectos. Suena más "cálido" decir "mis propósitos de año nuevo". Talvez lo más importante no es el término que se use, sino el concepto que hay detrás que define la seriedad con la cual vamos a dar seguimiento a nuestras metas. Uno escucha los propósitos de año nuevo de una persona, y casi que inmediato piensa que no le va durar ni a finales de enero. En especial cuando hemos visto a la misma persona prometerse lo mismo año tras año sin nunca cumplirlo.

Los proyectos nos dan a entender que requieren mayor seriedad. Que necesita planificación, fechas, controles, etc. Un proyecto no es igual a un deseo. Un deseo es un anhelo, una aspiración que si se cumple, que bueno, pero sino da igual porque en el fondo sabemos que no hubo el esfuerzo necesario para ver cumplido ese deseo.

Pero qué sucede cuando en apariencia hemos hecho la tarea de escribir nuestros proyectos, de darles seguimiento, y llegamos a fin de año y nos duele saber que poco o casi nada se vio cumplido en este año que pasó. Talvez habremos unos que nos llenaremos de optimismo, talvez empujados por emociones renovadas de los días festivos, y prometermos una vez más que este "será el año", y talvez habremos otros que nos llenaremos de pesimismo y nos cuestionaremos de qué vale volver a tomarnos la molestias de proponer para no alzanzar. Mejor es no desear para no sufrir.

Sin importar cuál sea nuestra condición actual ante los objetivos no alcanzados, debemos echar una mirada a lo que Dios tiene que decir con respecto a los proyectos. Un proyecto en sí busca alzanzar una serie de objetivos en un tiempo determinado mediante la planificación de los recursos existentes (tiempo, dinero, talentos, etc). Si recordamos la parábola de los talentos, podríamos decir que Dios entregó proyectos a sus tres siervos. La expectativa era obtener ganancia de los talentos entregados a cada uno. Dos de los siervos fueron diligentes y multiplicaron lo entregado, más el tercero tuvo temor, al menos esa fue su excusa, y enterró lo que se le dio.

Si analizamos el mensaje de la parábola, aquí no se critíca que un siervo haya hecho un mal negocio y haya perdido el talento que se le entregó. Lo que se critica es la pereza, la falta de emprendimiento, aún la falta de entendimiento para pedir consejo. Quizás si el siervo hubiera pedido consejo, alguien le hubiera dicho que metiera los talentos al banco. Pero aún al perezoso le da pereza pedir consejo.

Si pensamos en el don de la vida, Dios nos pide de igual manera que tengamos la diligencia para administrar de mejor manera todos los recursos que él nos ha entregado. Como hijos de Dios debemos cumplir con el propósito divino de expandir su Reino en esta tierra. El problema es pensar que hay proyectos de Dios, y proyectos seculares. Y por tanto los proyectos seculares no importan no cumplirlos. Si meditamos en la importancia del testimonio personal para la gran comisión, nunca deberíamos concluir que la prosperidad en otras áreas de nuestra vida no afectan nuestra efectividad para transmitir el mensaje de Dios.

Predicamos de un Dios de properidad y abundancia, pero vivimos ajustados todo el tiempo y hasta con deudas. Hablamos de un Dios integral en las tres áreas de nuestro ser, pero no cuidamos nuestra alimentación ni nuestra condición física, a sabiendas que eso pasa factura con enfermedades, falta de energía, etc. Si verdaderamente comenzamos a ver todos nuestros proyectos, por más "triviales" que parezcan, como proyectos para honra de Dios, quizás nuestra actitud sería otra.
Podríamos decir que amaríamos al Señor con todo nuestra mente, con toda nuestra alma, con todo nuestro corazón y con todos nuestros proyectos.

Después de comprender esta verdad de Dios, de que todo lo que hacemos, tenemos que hacerlo como haciéndolo para Dios, debemos entonces conocer de qué forma se hacen las cosas para Dios. Qué principios deben guíar nuestra vida a la hora de emprender proyectos. No basta únicamente ser hijos de Dios como quizás algunos en muchas ocasiones hemos mal entendido. Muchos cristianos piensan que por servir a Dios a nivel ministerial y vivir una vida moderada conforme a ciertos principios (no todos como ya veremos) de Dios, les da el derecho que las bendiciones les caigan del cielo.

Como una vez escuché a alguien tomar para sí mismo la promesa de Eclesiastes 2:26
"Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu."

La promesa según esta persona era que Dios le iba a dar todo lo que los pecadores estaban acumulando. En principio parece tener validez esta aplicación, pero no se vale no hacer nada y esperar que esto va agradar a Dios y por ende Él nos va a enriquecer con las fortunas de los pecadores. Por ello vamos a estudiar varios principios de Dios para obtener prosperidad en todo lo que emprendemos. Para ellos vamos a estudiar uno de los grandes libros para alcanzar inteligencia y sabiduría. El libro de los Proverbios.


Confianza en Dios

No todo llega en el tiempo que nosotros queremos. Por ello hay que aprender a confiar en Dios y saber que tarde o temprano la bendición llegará. Así como Abraham esperó por la bendición de Isaacc.

Confía en el Señor de todo corazón,y no te apoyes en tu propia prudencia.
Proverbios 3:5


Regocijarse en Dios

Dios desea que le tengamos como lo valioso de nuestras vidas. Que el regocijo venga primero de sabernos amados por nuestro Padre. Dios puede retrasar un anhelo de nuestras vidas hasta que logremos entender que nuestra identidad nos la da Él, y no un trabajo, una carrera o una empresa.

Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan.
Las riquezas y la honra están conmigo; Riquezas duraderas, y justicia.
Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; Y mi rédito mejor que la plata escogida.
Por vereda de justicia guiaré, Por en medio de sendas de juicio,
Para hacer que los que me aman tengan su heredad, Y que yo llene sus tesoros.
Proverbios 8:17-21

Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehova
Proverbios 22:4


Aceptar la voluntad de Dios

Ciertamente los pensamientos de Dios no son los nuestros, y Dios puede querer algo totalmente distinto a lo que nosotros deseamos. Por ello hay que aprender a aceptar la voluntad de Dios en aquellas cosas que parecen que no se concretan a pesar de nuestro empeño y diligencia.

La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella.
Proverbios 10:22

El hombre propone y Dios dispone. A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los motivos. Pon en manos de Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.
Proverbios 16:1-3

La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón
Proverbios 19:3

El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevaleceran los designios del Señor.
Proverbios 19:21 NIV

Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario;
No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.
Proverbios 30:8-9


Diligencia/Abandonar la pereza

Ahora sí comienza la varita fuerte. Como cristianos pertenecientes a una idiosincrazia latinoamericana, debemos abandonar las costumbres de nuestra herencia terrenal y empoderarnos de nuestra herencia divina. Proverbios advierte de manera reiterada y con fuerza acerca de la pereza. Anteriormente vimos acerca de la confianza en Dios y aceptar cual sea su voluntad, pero casi podríamos asegurar que la mayor causa de la falta de prosperidad en un hijo de Dios se debe a la pereza.

Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo;
Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado.
Proverbios 6:6-11 


La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece.
Proverbios 10:4

La mano de los diligentes señoreará; Mas la negligencia será tributaria.
Proverbios 12:24

El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada.
Proverbios 13:4

La pereza hace caer en profundo sueño, Y el alma negligente padecerá hambre.
Proverbios 19:15

Dice el perezoso: El león está fuera; Seré muerto en la calle.
Proverbios 22:13

Mete el perezoso su mano en el plato; Se cansa de llevarla a su boca.
Proverbios 26:15


Ser generoso y no egoísta

Dios quiere prosperarnos en todos, pero desea que lo hagamos para bendición de otros. La pregunta clave es cuántos de mis proyectos involucran ayudar a otros.

El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.
Proverbios 11:25

A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.
Proverbios 19:17


Amar el consejo

Muchas veces la soberbia o la pereza nos impiden buscar el consejo de otros que nos podrían guíar en nuestras aventuras por alcanzar nuestros sueños. Con la humildad, virtud celebrada por Dios, viene la busca de consejo, sobre todo en aquellos que tienen sabiduría de Dios.


El que ama la instrucción ama la sabiduría; Mas el que aborrece la reprensión es ignorante.
Proverbios 12:1


El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio.
Proverbios 12:15


Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan
Proverbios 15:22 NVI


Rodearse de gente sabia

Famoso y trillado refrán. Dime con quién andas y diré que tanto estás alcanzando tus metas.

El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado.
Proverbios 13:20


Vete de delante del hombre necio, Porque en él no hallarás labios de ciencia.
Proverbios 14:7


Encontrar la motivacción correcta

Aquel quién no encuentra un propósito digno de esfuerzo, probablemente no terminará lo que comenzó.

Al que trabaja, el hambre lo obliga a trabajar, pues su propio apetito lo estimula.
Proverbios 16:26


Planificar y administrar diligentemente

Tenemos que aprender a ser buenos administradores no despilfarrando lo que se nos entrega.

Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.
Proverbios 21:5

Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; Mas el hombre insensato todo lo disipa.
Proverbios 21:20


Sacrificio, disciplina, exelencia y esfuerzo

Para alcanzar metas hay que abstenerse de cosas que nos llegan al objetivo. Como un atleta se abstiene de muchos cosas para poder rendir mejor en una competencia, así debe ser nuestro empeño para lograr las metas que más queremos. De igual forma debemos hacerlo todo con excelencia, aún las cosas más pequeñas porque eso nos ayuda a formas sanos hábitos.

Hombre necesitado será el que ama el deleite, Y el que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá.
Proverbios 21:17


¿Has visto hombre solícito (diligente) en su trabajo? Delante de los reyes estará; No estará delante de los de baja condición.
Proverbios 22:29

La mujer virtuosa es una mujer esforzada y confiada.

Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir.
Proverbios 31:25 NVI


No envidiar a los de afuera

Dios siempre nos advierte en su palabra de no envidiar aquellos que no honran a Dios y aún así prosperan.

No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo;
Proverbios 23:17

Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; Y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas.
Proverbios 13:7

lunes, 22 de julio de 2013

Dios no desprecia al corazón quebrantado


Salmos 51

Ten compasión de mí, oh Dios,
    conforme a tu gran amor;
conforme a tu inmensa bondad,
    borra mis transgresiones.
Lávame de toda mi maldad
    y límpiame de mi pecado.
Yo reconozco mis transgresiones;
    siempre tengo presente mi pecado.
Contra ti he pecado, sólo contra ti,
    y he hecho lo que es malo ante tus ojos;
por eso, tu sentencia es justa,
    y tu juicio, irreprochable.
Yo sé que soy malo de nacimiento;
    pecador me concibió mi madre.
Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo;
    en lo secreto me has enseñado sabiduría.
Purifícame con *hisopo, y quedaré limpio;
    lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Anúnciame gozo y alegría;
    infunde gozo en estos huesos que has quebrantado.
Aparta tu rostro de mis pecados
    y borra toda mi maldad.
10 Crea en mí, oh Dios, un *corazón limpio,
    y renueva la firmeza de mi espíritu.
11 No me alejes de tu presencia
    ni me quites tu santo Espíritu.
12 Devuélveme la alegría de tu *salvación;
    que un espíritu obediente me sostenga.
13 Así enseñaré a los transgresores tus *caminos,
    y los pecadores se volverán a ti.
14 Dios mío, Dios de mi salvación,
    líbrame de derramar sangre,
    y mi lengua alabará tu *justicia.
15 Abre, *Señor, mis labios,
    y mi boca proclamará tu alabanza.
16 Tú no te deleitas en los sacrificios
    ni te complacen los *holocaustos;
    de lo contrario, te los ofrecería.
17 El sacrificio que te agrada
    es un espíritu quebrantado;
tú, oh Dios, no desprecias
    al corazón quebrantado y arrepentido.
18 En tu buena voluntad, haz que prospere *Sión;
    levanta los muros de Jerusalén.
19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
    los holocaustos del todo quemados,
    y sobre tu altar se ofrecerán becerros.

Vale la pena citar todo el pasaje del Salmo 51. Este es uno de mis Salmos favoritos porque refleja de una manera muy condensada, la realidad pecadora de la naturaleza humana, y como Dios es capaz de limpiar el corazón de aquel que se humilla y quebranta delante de Él.

Este Salmo David lo escribe en uno de los momentos más díficiles de su vida. El gran ungido de Jehová, el rey de Israel, el hombre conforme al corazón de Dios es culpable de adulterio y asesinato. Cuando yo leo esta historia lo que más me sorprende no es lo que David hizo, ciertamente todo hombre y mujer tiene el potencial de cometer las atrosidades más despreciables e imaginables. Es solo cuestión de dejar ir el corazón en total libertad y rebeldía en contra de Dios. Lo que me sorprende de esta historia es que Dios no haya fulminado de una a David por semejante pecado. Por "muchísimo menos" Saúl fue desechado como rey de Israel. ¿Entonces por qué David no fue desechado? Recordemos que si recibió castigo, pero no fue desechado como rey y ungido.

Quizás esa es una de las razones por las cuales La Palabra afirma que David tenía un corazón conforme al de Dios. David conocía profundamente a Dios y sabía que si se humillaba completamente delante de Él, si quebrantaba su corazón y rogaba por perdón, el Señor era capaz no solamente de perdonarlo, sino también de limpiarlo de toda maldad. Para Dios no hay mayor impedimento de su misericordia que la soberbia y el corazón altivo. Si un hombre peca, y tras de ello no se arrepiente, con lo segundo comete un pecado aún más grande que el primero. Dios sabe la condición humana y débil que tenemos:

"Yo sé que soy malo de nacimiento;
    pecador me concibió mi madre."

Todos somos propensos a errar, pero la permanencia del corazón altívo es una posición de activo desprecio ante el Señor de este Universo. Por lo contrario el corazón quebrantado toca de manera especial el corazón de Dios. Nuestro Padre no nos pide que seamos absolutamente perfectos en todos nuestros caminos, pero si nos pide un corazón humillado delante de Él. Y esto no es solamente si cometemos pecados tan graves como adulterio y asesinato. Todos los días pecamos contra Dios. Aunque repasemos mentalmente y pensemos que no hemos hecho nada malo en el día, hasta nos consideremos muy buenos porque alguna buena obra hayamos hecho, ciertamente SIEMPRE pecamos de una u otra forma delante de Dios, y por tanto es necesario siempre en nuestras oraciones pedir limpieza del corazón.

Un versículo de este pasaje que es bueno memorizar para citar constantemente en nuestras oraciones delante de nuestro Padre:

"Crea en mí, oh Dios, un *corazón limpio,
    y renueva la firmeza de mi espíritu."

Que bueno es saber que el Dios Santísimo de toda justicia implacable, tiene el corazón de un padre amoroso que no desprecia al hijo que se humilla delante de Él. Gracias Padre por tu amor y misericordia.

lunes, 29 de octubre de 2012

Humillando del corazón como dosis permanente

Creo que no hay nada más hermoso en nuestra relación con Dios que humillarnos delante de su presciencia. Es tan delicioso poder humillarse con el único que lo merece. Como seres humanos siempre andamos en un estado de defensiva delante de otros, pero con Dios es tan distinto pues en el quebranto de nuestro corazón hay restauración y plenitud de Dios. Es inexplicable lo que a nivel espiritual produce el romper con la rebeldía que constantemente lucha por ganar el control de nuestras vidas.

En otras ocasiones he mencionado como en mi opinión muchas de las canciones modernas de alabanza y adoración a veces parecen exaltar más al hombre que al mismo Dios. No voy a elaborar este punto, sino que quiero resaltar como en contra peso las canciones cuyas letras llevan al cristiano a poner de rodillas su corazón delante de la presencia del Padre, generan al menos en lo personal, un estado de volver a recordar que hizo Jesús en la cruz.

En lo cotidiano de la vida cristiana estamos siempre propensos a perderle el "sabor" a las cosas espirituales. Es claro que es responsabilidad nuestra mantener la llama viva de la relación con Dios. Pero el peor enemigo de un hijo de Dios es el pecado manifestado en la exaltación del corazón. El creerse muy "digno" delante de Dios. No quiero sonar como que uno deba sentirse como basura en todo momento y verse como un derrotado delante de otros. Somos nuevas criaturas, nación santa, hijos de Rey llamados a llevar luz donde hay oscuridad. Pero otra cosa es que nos sintamos por encima de Dios, lo cual no hacemos quizás en su mayor parte de manera consciente, pero que en actitudes pueden dejar mostrar un corazón altivo.

En la misma alabanza y adoración hay estrategias. Busquemos siempre tener en nuestro repertorio algunas canciones que nos impulsen a humillar nuestra alma delante del único que merece total dobleguez de nuestro ser. Mi favorita de todos los tiempos es la hermosa canción de Torre Fuerte: "Altísimo Señor".


jueves, 2 de febrero de 2012

Te amo más que...

El amor. Todos hablan de él, pero nadie sabe a fin de cuentas definirlo con exactitud. Muchas cosas hay valiosas en nuestras vidas, pero al amor le damos un lugar privilegiado. Tal es así que podemos ganarlo todo en el mundo, pero sin amor decimos que seríamos unos grandes desdichados.

Hay una frase conocida que dice que hay una línea muy delgada entre el amor y el odio. Ciertamente nuestro poco conocimiento del verdadero amor hace que muchas veces nuestros corazones sean fácilmente llevados a caminos oscuros, donde fácilmente la fragilidad de nuestra alma hace que nos corrompamos, o que otros tomen ventaja del tesoro que deberíamos guardar más celosamente.

Si tan solo pudiéramos escuchar los pensamientos que Dios tiene de nosotros. Quizás sería más sencillo entender el verdadero amor. Como nos cuesta tanto imaginar que El nos ama eternamente. Su amor no tiene forma de describirse, no hay comparación humana que pueda abarcar toda la magnitud de su bondad. Pero aún así Dios nos muestra su amor desde el principio de la creación. Existe una canción muy hermosa que me ha ayudado a entender esta verdad. Todo lo que existe pasará...pero sus hijos permanecerán con El eternamente.




More
(Mathew West)


Take a look at the mountains
Mira a las montañas

Stretching a mile high
Se estiran millas arriba

Take a look at the ocean
Mira al oceáno

Far as your eye can see
Tan lejos como tus ojos puedan ver

And think of Me
Y piensa en Mi

Take a look at the desert
Mira al desierto

Do you feel like a grain of sand?
¿Te sientes como un grano de arena?

I am with you wherever
Estoy contigo donde quiera que estés

Where you go is where I am
Donde vayas es donde estoy

And I'm always thinking of you
Y siempre estoy pensando en ti

Take a look around you
Da un vistazo alrededor tuyo

I'm spelling it out one by one
Te lo voy a decir uno a uno

(Chorus)

I love you more than the sun
Te amo más que el sol

And the stars that I taught how to shine
Y a las estrellas a las que enseñé cómo brillar

You are mine, and you shine for me too
Tu eres mio, y tu brillas para mi también

I love you yesterday and today
Te amo ayer y hoy

And tomorrow, I'll say it again and again
Y mañana, y lo voy a repetir una vez y otra vez

I love you more
Te amo más

Just a face in the city
Solo un rostro en la ciudad

Just a tear on a crowded street
Solo una lágrima en la calle llena de gente

But you are one in a million
Pero eres uno en un millón

And you belong to Me
Y me perteneces

And I want you to know
Y quiero que sepas

That I'm not letting go
Que no te voy a dejar ir

Even when you come undone
Aún cuando vengas deshecho

(Chorus)

Shine for Me
Brilla para mi

Shine for Me
Brilla para mi

Shine on, shine on
Brilla, brilla

Shine for Me
Brilla para mi

(Chorus)

And I see you
Y yo te veo

And I made you
Y yo te hice

And I love you more than you can imagine
Y te amo más de lo que tu imaginas

More than you can fathom
Más de lo que puedas profundizar

I love you more than the sun
Te amo más que el sol

And you shine for me
Y tu brillas para mi

domingo, 26 de junio de 2011

Yo quiero ser...




Anteriormente, en otra entrada de este blog opinaba como siento en ocasiones que ciertas letras de algunas canciones cristianas, tienden en cierto modo a hiperbolizar la espiritualidad de un hijo de Dios. Comentaba que frases como “te amo más que mi vida” son de un calibre de un Esteban o de un Pablo. Sinceramente me da pesar cantar eso porque yo se que amar a Dios más que a mi vida, involucra estar dispuesto a entregar precisamente mi propia vida si fuera el caso. Cosa que no sé si me subestimo, pero no me siento capaz de hacer en este momento.

Un día de estos estaba en un tiempo de alabanza y adoración en la congregación, y me topé con esta canción de Alejandro del Bosque, “Adorar”. Lo que más me llama la atención de esta hermosa canción es la simpleza de esta frase que antecede toda la adoración del coro: “yo quiero ser…”. Para mi esta sencilla frase agrega un sentido de humillación delante de la adoración. La mayoría de nosotros estamos en un estado espiritual donde sentimos que todavía no hemos dado todo lo que se merece nuestro Señor. Siempre está ese deseo de hacer las cosas mejor para nuestro Salvador. Dar más de nosotros al único que se merece gloria y honra. Mi oración es que siempre haya un anhelo en mi corazón de buscar cada vez más de mi creador.

domingo, 12 de junio de 2011

Disciplina, oración y gozo



Existe una frustración entre los cristianos más común de lo que muchos se imaginan. Como toda frustración en un hijo de Dios, esta puede producir separación espiritual por causa de la culpa que invade el corazón de aquel que se siente que le ha fallado a Dios.

Esta frustración en particular que quiero mencionar, se trata de la frustración de aquella persona que siente que no anhela de todo corazón buscar la presencia de Dios. Frases como: ”es que no tengo ganas de orar”, “me da pereza buscar la presencia de Dios”, son comunes entre todos los cristianos. O que alce la mano el que siempre ha tenido ganas de orar y no ha preferido darle mayor descanso al cuerpo en lugar de levantarse temprano a orar. Como diría un famoso predicador en tono humorista, “vení para tomarnos una foto con vos y que nos firmes la Biblia a todos”.

Todos pasamos por momentos de sequedad o apatía espiritual. Existen momentos en que estamos muy agradecidos con Papá, que no podemos esperar el momento para buscarlo y tener una charla a solas con El. Pero existen ocasiones también en las que nuestro corazón está duro y no desea, no quiere acercarse a Dios. El mayor error que podemos cometer en esos momentos es decirnos a nosotros mismos, que como no hay ganas de hacerlo, entonces Dios no se va agradar porque lo estamos haciendo de manera forzada. Por tanto no lo hago. Y nos quedamos esperando hasta que llegue el momento en que nos vuelvan las ganas. A muchos les pueden volver en una semana, en unos cuantos días, meses, años o no volver nunca más.

Por qué tenemos esa idea de que en todas las ocasiones que vamos a buscar a solas a Dios, tiene que existir una cosa bien espiritual que me lleve a ello. Como si no tuviera que existir esfuerzo alguno de nuestra parte. Los testimonios “más espirituales” son aquellos que dicen algo así como: “el espíritu santo me levantó de madrugada sin yo tener sueño o cansancio alguno”. Ciertamente el testimonio es bonito y edificante, pero por qué tiene que ser más espiritual que otro que diga así como: “puse el despertador en la sala para que no pudiera apagarlo de inmediato, me levanté con ganas de seguir durmiendo pero me eché agua fría en la cara, me dormí en media oración pero le levanté y busqué un lugar más incomodo para no volverme a dormir y pude orarle al Señor y encomendar mi día”.

Sinceramente no sé de dónde exactamente se forma esa idea del cristiano que todo lo espiritual no requiere esfuerzo y disciplina. Quizás leemos los salmos de David como el que dice “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.” (Salmo 42:1). Y concluimos que para buscar a Dios debemos siempre estar desmayándonos de sed con gran anhelo de que El nos de agua. Suena poco espiritual, pero no es así. En muchas ocasiones nuestro yo quiere prevalecer en nuestro corazón con un sentimiento de autosuficiencia, y por tanto no prevalece el sentido de dependencia a nuestro Rey. Pero esto es meramente emocional. Y adivinen qué, nuestra vida cristiana no se debe regir por nuestras emociones, sino por los hechos de Dios establecidos en su Palabra. Así que cuando nuestras emociones nos quieren dominar con pereza, orgullo u otro sentimiento que se levanta en contra de Dios, nuestro conocimiento a través de una mente renovada en Cristo debe llevarnos a sobreponer cualquier emoción.

Cuando uno lee las cartas de uno de los mayores apóstoles en llevar la gran comisión adelante, dígase Pablo, uno se da cuenta que Pablo ponía como un gran valor la disciplina en la vida cristiana. Esta disciplina se ve reflejada en varias analogías que Pablo hace con el atletismo y la guerra. Quisiera pues terminar citando algunos pasajes evidenciando que sí debe haber un esfuerzo, que sí tiene que haber entrega, que sí hay sacrificio. Después de ello puede venir el gozo y todas las emociones, pero estas últimas no deberían controlar lo primero. Sigamos entonces el orden correcto. Disciplina, oración y gozo.

¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
(1 Corintios 9:24-27)

Por tanto nosotros también, teniendo en derredor nuestro una tan grande nube de testigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos con paciencia la carrera que nos es propuesta,
(Hebreos 12:1)

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
(2 Timoteo 4:7)



martes, 29 de marzo de 2011

Mi lugar ideal

Cada persona tiene su propia idea de lo que es su lugar ideal para buscar la cercanía de Dios. Algunos gustan de tener un lugar acondicionado con decoraciones simbolícas que inspiren el contacto con ese Ser supremo. Yo en particular me gustaría si alguna vez tengo la capacidad de hacerlo, acondicionar un espacio donde simplemente pueda aislarme del mundo entero. Que sea lo más obscuro posible y donde no entre ningún ruido en lo absoluto.

He soñado en ocasiones de poder tener la capacidad de alejarme completamente, como si viajara a una galaxia lejana con ninguna estrella, solo un horizonte negro y sin un solo sonido. Ese sería mi lugar perfecto para conversar con Dios. Ciertamente el ruido del ambiente, las preocupaciones diarias, el darnos cuenta simplemente que estamos en un lugar específico, nos distrae en alguna medida como para compenetrarnos en ese contacto que anhelamos todos los hijos de Dios. El querer tener ese contacto de antaño de nuestro padre Adán que se comunicaba directamente con nuestro Dios. Me gustaría ciertamente poder apagar todos mis sentidos y dejar solamente mi mente activa, dedicada únicamente a la presencia del Señor del universo.