
Dime de quién decides seguir consejo, y te diré cuánto durará tu reinado. Ese podría haber sido un buen proverbio si Salomón lo hubiera escrito. Le hubiera encajado como anillo al dedo a su hijo Roboam. El libro de I Reyes capítulo 12, narra la historia de cómo Roboam, descendiente directo de Salomón, una vez fallecido su padre se enfrenta a la disyuntiva de una solicitud que le hace el pueblo Israel.
"Tu padre agravó nuestro yugo, mas ahora tú disminuye algo de la dura servidumbre de tu padre, y del yugo pesado que puso sobre nosotros, y te serviremos."
Desde nuestra perspectiva, la petición del pueblo no parecía nada extraordinario ni dificil de aprobar. El pueblo de Israel solo buscaba un poco de misericordia de su nuevo rey, y acambio prometian algo que todo rey sabio anhela, la lealtad de un pueblo de manera no forzada. Pero si seguimos leyendo, nos damos cuenta que Roboam tenía dudas al respecto. Falto de experiencia como rey, hace lo que cualquier persona inteligente haría, pedir consejo a personas más experimentadas.
"Entonces el rey Roboam tomó consejo con los ancianos que habían estado delante de Salomón su padre cuando vivía, y dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que responda a este pueblo? Y ellos le hablaron, diciendo: Si tú fueres hoy siervo de este pueblo, y lo sirvieres, y si les respondieres, y les hablares buenas palabras, ellos te servirán para siempre."
Ojalá Roboam hubiera sido sabio,o si quiera calculador, para seguir el consejo de los ancianos que estuvieron frente a la persona más inteligente que haya existido. Roboam, supongo que un estado de inmadurez juvenil, decide ir con sus contemporáneos. Todos los amigos de barrio con los cuales se había críado desde pequeño. Estos le aconsejan totalmente lo opuesto y aún más. Le persuaden a que endurezca su yugo sobre ellos. La Biblia no lo dice, es más mi imaginación, pero casi que me los dibujo en la mente echándose unos tragos de vino mientras determinan dicha barrabasada.
Como era de esperarse, el pueblo no decidió seguir a un arrebatado poco clemente rey. Y he aquí que comenzó la lucha histórica entre la casa de Judá y la casa de Israel. Todo por la falta de sensatez para discernir entre lo sabio y lo torpe. Aunque debemos considerar también que Jehová tuvo su intervención en esto porque ya había determinado que sucediera esto. Pero no deja de haber culpa en Roboam, en la misma línea que Judás es culpable a pesar de que estaba escrito que el hijo de Dios sería entregado.
A todo esto, mi reflexión con respecto a esta lectura, y aplicándolo un poco a la realidad actual en la que vivimos los jóvenes, es que me doy cuenta que no valoramos para nada el consejo de los ancianos. Sí claro, tenemos nuestros pastores y líderes espirituales, pero haciendo un escaneo rápido en mis experiencias de vida, me doy cuenta que en la mayoría de las ocasiones en que he necesitado apoyo en decisiones críticas o importantes, he acudido a personas bastante cercanas a mi rango de edad. Culturalmente no estoy programado para ir a buscar a personas ancianas a las cuales pueda pedir un consejo. Y no que las deseche como lo hizo Roboam, sino que ni siquiera las determino.
¿Será que nuestra sociedad cadede de ancianos a los cuales un joven pueda ir con toda libertad a buscar ayuda? Claro está que nuestras experiencias quizás con abuelos que no fueron destacados por su ejemplo de vida, nos indispone de gran manera. Pero pienso que si guiaramos un cambio cultural en nuestra sociedad, los jóvenes buscarían a las personas mayores indistintamente de sus experiencias familiares. Es hermoso observar uno de esos programas donde se muestra como los muchachos en Japón invierten su tiempo en ir a atender a los ancianos en sus asilos. Hay una parte caritativa en esto, pero la otra parte me imagino es la riqueza que obtienen estos chicos de tratar con personas que han pasado por tanto en esta vida.
Debemos honrar a nuesto adulto mayor y darle el lugar que se merece.
A todo esto, mi reflexión con respecto a esta lectura, y aplicándolo un poco a la realidad actual en la que vivimos los jóvenes, es que me doy cuenta que no valoramos para nada el consejo de los ancianos. Sí claro, tenemos nuestros pastores y líderes espirituales, pero haciendo un escaneo rápido en mis experiencias de vida, me doy cuenta que en la mayoría de las ocasiones en que he necesitado apoyo en decisiones críticas o importantes, he acudido a personas bastante cercanas a mi rango de edad. Culturalmente no estoy programado para ir a buscar a personas ancianas a las cuales pueda pedir un consejo. Y no que las deseche como lo hizo Roboam, sino que ni siquiera las determino.
¿Será que nuestra sociedad cadede de ancianos a los cuales un joven pueda ir con toda libertad a buscar ayuda? Claro está que nuestras experiencias quizás con abuelos que no fueron destacados por su ejemplo de vida, nos indispone de gran manera. Pero pienso que si guiaramos un cambio cultural en nuestra sociedad, los jóvenes buscarían a las personas mayores indistintamente de sus experiencias familiares. Es hermoso observar uno de esos programas donde se muestra como los muchachos en Japón invierten su tiempo en ir a atender a los ancianos en sus asilos. Hay una parte caritativa en esto, pero la otra parte me imagino es la riqueza que obtienen estos chicos de tratar con personas que han pasado por tanto en esta vida.
Debemos honrar a nuesto adulto mayor y darle el lugar que se merece.
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