domingo, 16 de enero de 2011

Una demanda imposible

Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.
Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.
Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?
Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.
Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.

Mateo 19:16-30

Recientemente, mi esposa me hizo saber un pequeño malestar que tenía porque al leer ciertos pasajes de la Biblia, le parecía que Dios le demandaba algo que ella no sentía tener la capacidad de hacer. Esta aparente demanda es dejarlo absolutamente todo por seguir a Cristo. El pasaje que más ilustra esta aparente demanda por parte de Dios, es donde Jesús tiene un encuentro con un joven rico (Mateo 19:16-30). Esta es la historia donde Jesús lanza una controversial afirmación, si se lee sin analizar bien el pasaje.

"De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos."

Casi pareciera que Jesús era un comunista cuando uno lee estos versículos. Jesús manda al rico a vender todas sus posesiones, repartirlas a los pobres y a seguirlo a él. Es tan controversial la afirmación de nuestro Señor que los mismos discípulos se quedan admirados e intrigados. Tanto es su asombro que se preguntan a sí mismos "¿Quién, entonces podrá ser salvo?"

¿Lo habrán preguntado ellos teniendo temor por su propia salvación? Pareciera que no ya que el mismo Pedro para defensa suya afirma que ellos ya lo han dejado todo:

"Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué pues tendremos?"

Si los discípulos tenían ese alivio en su corazón que lo que demandaba Jesús, ya ellos lo estaban cumpliendo, de quiénes pensaban entonces que era dura la salvación. Pareciera en mi interpretación de la lectura, que la respuesta es de todos aquellos que no formaban parte de los doce discípulos. Si la salvación dependía de vender todas las posesiones y dejarlo todo para seguir a Jesús, entonces los discípulos se imaginaban que la gran mayoría perdería el examen como pareciera que lo hizo el joven rico.

Algunos cristianos son rápidos en sacar conclusiones en contra de las personas adineradas. Sostienen que ningún cristiano puede ser millonario porque el mismo Jesús dijo que era más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja que un rico entre al Reino de Dios. Para mi dicha acusación es errada y hasta suicida diría yo. La riqueza material no depende de la cantidad de posesiones que se tengan sino del apego en mi corazón que yo tenga hacia ellas. Incluso el apego a las cosas materiales que ni siquiera tengo. Quizás una persona podría poseer solo una casita "humilde", pero tener el mismo apego en su corazón que el de un millonario avaro con su fortuna.

¿Pero entonces, qué significa lo que dijo Jesús acerca de los ricos y el Reino de Dios? Quizás la clave está en la respuesta a la interrogante de los discípulos:

"Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible."

Jesús dice que para los hombres esto sería imposible, más para Dios todo es posible. Será que Jesucristo estará queriendo enseñar en ese momento acerca de la gracia de Dios. Para mí esa es la opción más conciliadora. Sino veámoslo de esta manera. Jamás podríamos evangelizar porque primero, no serían buenas nuevas de salvación ya que casi nadie podría salvarse ante un mensaje tan duro. Segundo, nunca podríamos presentar un mensaje sencillo de salvación porque lo que tendríamos que hacer en lugar de acercarnos a las personas con un tratado y una Biblia, sería llevar un cuaderno de notas para interrogar a las personas acerca de sus posesiones para luego decirles que tienen que vender todo y seguir a Cristo (en forma de la iglesia que representaríamos). Suena terrorífico este acercamiento sectarista del mensaje de salvación. Esto no sería gracia sino salvación por obras. Algo que es contrario a la doctrina cristiana de la salvación por gracias.

No sabemos con exactitud con qué actitud se habrá acercado el joven delante de Jesús, pero al menos la misma Palabra nos deja una pista cuando Jesús antecede su demanda con el "Si quieres ser perfecto". Humanamente eso habría sido el único faltante al joven rico para ser perfecto pues ya evidenciaba, al menos de palabra, que obedecía la ley a cabalidad. Pero luego Jesús afirma, no que para el hombre esto es difícil, sino imposible.

Conclusión, ¿nos demanda Jesús a todos sus hijos e hijas enormes requisitos como este para poder seguirle? Yo creo que quizás a algunos cuantos de sus escogidos sí, pero no como requisito de salvación, Sino como un mandato más supremo de acuerdo a la medida de fe que coloca a algunos de sus escogidos.

lunes, 10 de enero de 2011

"Fast food"

Muchas veces como cristiano siento que somos bastante mal agradecidos con uno de los mayores regalos de Dios para el hombre. Su Palabra. No pretendo referirme a la forma más evidente de ingratitud, la cual es ignorarla al no dedicarle suficiente tiempo a su lectura y estudio. Para todos es bien claro, al menos en la teoría, que es supremamente necesario amar la Biblia como el libro más sagrado de todos. Buscar la sabiduría que solo se adquiere al asimilar los principios de vida que en ella se encierran.

Lo que sí me parece un poco menos evidente en el conciente colectivo de los hijos de Dios, es lo aventurados que somos para llegar a conclusiones de índole espiritual con solo tomarnos unos minutos de lectura. Veamos si me puedo explicar. Yo tengo la opinión que estamos viviendo una de las épocas más individualistas de nuestra humanidad, al menos de la cultura occidental. Estamos acostumbrados a querer buscar el placer de una manera casi instantánea. La tecnología ha sido un motor que ha impulsado esta actitud. Cada vez nos resulta más sencillo obtener cosas que antes tomaban muchísimo esfuerzo. Y no digo que esto este mal; tampoco voy a pretender que nos devolvamos a la era prehistórica. Pero pareciera que la exigente rápidez de nuestra sociedad en repetidas ocasiones la queremos trasladar al ámbito espiritual.

Todos pasamos por situaciones difíciles que prueban nuestra permanencia en el Señor. Cuando estamos en esos momentos de prueba queremos buscar refugio en Dios lo cual es la actitud correcta, y siempre idónea. Entonces abrimos la Biblia para ver que "nos habla Dios". Algunos se preguntaran porque entrecomillo esta frase. No, no estoy siendo hereje. Yo creo al igual que usted que Dios nos habla a travez de su Palabra. ¿Entonces a qué me refiero? Me refiero a que creo que habemos cristianos que muchas veces queremos respuestas rápidas y super mega extra personalizadas que nos haga sentir como si Dios hubiera acomodado los versículos para nosotros. Es ahí donde creo que la Palabra es tratada como un tipo de bolita de cristal ya que se sacan pasajes de la Biblia totalmente fuera de su contexto.

Estaba leyendo Lucas 4 donde se relata como Jesús es llevado al desierto para ser tentado por Satanás. Cuando uno lee la última tentación, ¿qué utiliza Satanás para tentar a Jesús? La misma Palabra de Dios: "porque escrito está...". Evidentemente Satanás es el padre de la mentira y utiliza de una manera torcida las escrituras para querer hacer caer al Hijo de Dios. Todos conocemos el descelance de esta historia; que Jesús teniendo un panorama más amplio de las escrituras no podía ser engañado al querer aislar un pasaje en específico usado de manera perversa.

A veces también sucede que como parte del afán de querer todo de manera instántanea, cuando leemos algo en la Biblia que no entendemos porque nos parece contradictorio a lo que hemos aprendido como un principio de toda la vida, somos rápidos para juzgar a Dios, claro que de manera interna porque no estamos acostumbrados a ser abiertos en estas dudas por temor a parecer poco espirituales, sin tomarnos el tiempo de dedicarle un estudio exhaustivo para tratar de entender el contexto en el cual se enseña algo.

La Biblia es un gran libro que nos enseña muchas cosas que se pueden asimilar de manera sencilla (leche espiritual), pero hay otras verdades que necesitan mayor procesamiento digestivo (la famosa carnita o vianda). Pero como a veces probamos la leche, queremos que toda la Palabra de Dios se pueda digerir como lechita. Tenemos que desarrollar paciencia y espera como hijos de Dios. A veces nos tocará no entender algo que se revela en la Palabra Dios y simplemente confiar en El hasta que podamos dar otro paso en nuestro desarrollo espiritual.

sábado, 8 de enero de 2011

Amamos menos porque se "nos perdona menos"

¿Qué tan agradecidos somos con Dios? específicamente por lo que representa su sacrificio que nos libró de pagar por nuestros pecados cuando aceptamos su regalo, y le reconocímos Señor de nuestras vidas.

La respuesta siempre va tender a ser bastante subjetiva porque mucho depende de las circustancias personales de cada persona. Aún debemos ser cautelosos por los que parecieran ser muy entregados a Dios. La misma Palabra nos guarda de estar alertas pues siempre van haber lobos disfrazados de ovejas.

Hace poco caí en la lectura del pasaje de Lucas 7: 36-50, donde Jesús comiendo en casa de un fariseo tiene un encuentro con una mujer que quiebra un frasco de alabastro y unge sus pies con el ungüento y aús sus propias lágrimas. El fariseo conociendo que la mujer era pecadora, emite juicio pensando para sí mismo que si Jesús fuera profeta, no dejaría que la mujer se le acercara. Nuestro Señor conociendo los pensamientos del fariseo le relata una parábola acerca de dos personas que tenían una deuda con un acreedor. Uno debía un monto pequeño y el otro un monto grande. El acreedor decide perdonarle la deuda a ambos. Entonces Jesús pregunta ¿quién amará más al acreedor? la respuesta es lógica y el fariseo lo entiende, él que debía más.

Dios en su Palabra nos compara como deudores; somos personas que tenemos saldos con Dios. No solamente somos deudores, sino que también estamos en bancarrota, no hay manera que podamos pagarle a Dios por nuestras deudas. En la historia que nos relata Jesús el acreedor perdonó las deudas porque las personas no podían pagarle. De otras manera no sería tan significativo contar que les perdonó lo que le debían.

De este relato lo que más me deja reflexionando es lo que Jesús dice al final:

"Sus muchos pecados son perdonados, porque amó mucho; mas a quien se le perdona poco, poco ama."

Tenemos un cierto cliché en nuestro lenguaje cristiano que dice algo así como: "para Dios todos los pecados son iguales", refiriéndonos a que aunque una persona sea en apariencia muy buena, sus pocos pecados necesitan ser perdonados de la misma forma que los pecados de un violador o asesino en serie. Esta verdad a pesar de que es aplicada la primera vez que le entregamos nuestra vida al Salvador, pues para haber conversión se necesita que halla convicción de pecado, cuesta seguir aplicándola en el resto de nuestras vidas cristianas. Inconcientemente nos comparamos con otros y determinamos que "no somos tan malos", y por tanto no necesitamos tanto de Dios, y por tanto no le amamos como debiéramos.

La solución por supuesto que no es irse al mundo y pecar muchísimo más para volver a arrepentirnos y así amarle más. Suena bien tonto mencionarlo, pero he escuchado de predicadores que conocen personas que han hecho eso. No tengo una respuesta muy clara, pero pienso que una forma de vencer esto es tener en cuenta todo el tiempo que somos cochinos, sucios, pecadores, no para sentirnos tristes y acusados, sino más bien para buscar gozo en ello al saber que Jesús clavó toda nuestra maldad en la cruz.

Sin duda tenemos que amarle más a pesar de que nuestra lista de pecados no sea tan grande como la de nuestro vecino.

jueves, 6 de enero de 2011

Mi admiración nostálgica por el espíritu humano

Existen muchas cosas en el mundo que nos maravillan. De todas ellas hay una en particular que me causa mucha nostalgia cuando me detengo a admirarla. El espíritu humano. Se manifiesta de tantas maneras, pero hay una en particular que es capaz de tocar lo profundo del alma. Sin duda la música es un lente que permite maginificar los pensamientos, emociones y profundos deseos de una persona.

Aquellos que hacen de la música una profesión colocando toda la pasión de su ser en ello, logran plasmar en sus creaciones destellos de las características únicas que Dios nos ha dado como creación especial suya. Y no lo digo solo por los hijos de Dios redimidos por su gracia. Todos los hombres y mujeres del mundo poseen dichos rasgos propios de su creador, ya sea que reconozcan o no al autor de sus vidas. La creatividad del hombre es para mi esa parte, casi diría que sobrenatural de su ser que busca entender el mundo donde está, pero que sin la revelación de Dios es incompleta y desespera por completo por hallar la verdad de todo lo que le rodea.

Últimamente he descubierto mi admiración por la música de Los Beatles. Este cuarteto de Liverpool que causó una revolución músical en sus tiempos de gloria, continua causando fascinación en las nuevas generaciones. Cuando escucho sus canciones siento una controversia, sentimiento encontrados de admirar su gran talento artístico pero a la vez darme cuenta de lo bastante superficial que que han sido sus vidas en comparación con su popularidad. El caso de John Lennon es en particular el que me causa mayor nostalgia. A pesar de lo que digan de John Lennon, "el Maestro" como dirían algunos, las desiciones que tomó en cuanto a su familia reflejaron lo marcado de sus conflictos sin resolver. Quería salvar al mundo pero no fue capaz de ser un ejemplo de hogar.

Yo me pongo a reflexionar, si nosotros como humanos nos causa tristeza esta dicotomía humana, cuánto más Dios que conoce a todos los humanos que viven y han vivido sobre esta tierra. La Biblia no lo describe muy específicamente, pero yo pienso que Dios se duele. Jamás en la misma forma en que un humano se dolerá, pero sí creo que en su naturaleza está esa capacidad de sentir dolor ante la naturaleza quebrada del hombre.