domingo, 26 de junio de 2011

Yo quiero ser...




Anteriormente, en otra entrada de este blog opinaba como siento en ocasiones que ciertas letras de algunas canciones cristianas, tienden en cierto modo a hiperbolizar la espiritualidad de un hijo de Dios. Comentaba que frases como “te amo más que mi vida” son de un calibre de un Esteban o de un Pablo. Sinceramente me da pesar cantar eso porque yo se que amar a Dios más que a mi vida, involucra estar dispuesto a entregar precisamente mi propia vida si fuera el caso. Cosa que no sé si me subestimo, pero no me siento capaz de hacer en este momento.

Un día de estos estaba en un tiempo de alabanza y adoración en la congregación, y me topé con esta canción de Alejandro del Bosque, “Adorar”. Lo que más me llama la atención de esta hermosa canción es la simpleza de esta frase que antecede toda la adoración del coro: “yo quiero ser…”. Para mi esta sencilla frase agrega un sentido de humillación delante de la adoración. La mayoría de nosotros estamos en un estado espiritual donde sentimos que todavía no hemos dado todo lo que se merece nuestro Señor. Siempre está ese deseo de hacer las cosas mejor para nuestro Salvador. Dar más de nosotros al único que se merece gloria y honra. Mi oración es que siempre haya un anhelo en mi corazón de buscar cada vez más de mi creador.

domingo, 12 de junio de 2011

Disciplina, oración y gozo



Existe una frustración entre los cristianos más común de lo que muchos se imaginan. Como toda frustración en un hijo de Dios, esta puede producir separación espiritual por causa de la culpa que invade el corazón de aquel que se siente que le ha fallado a Dios.

Esta frustración en particular que quiero mencionar, se trata de la frustración de aquella persona que siente que no anhela de todo corazón buscar la presencia de Dios. Frases como: ”es que no tengo ganas de orar”, “me da pereza buscar la presencia de Dios”, son comunes entre todos los cristianos. O que alce la mano el que siempre ha tenido ganas de orar y no ha preferido darle mayor descanso al cuerpo en lugar de levantarse temprano a orar. Como diría un famoso predicador en tono humorista, “vení para tomarnos una foto con vos y que nos firmes la Biblia a todos”.

Todos pasamos por momentos de sequedad o apatía espiritual. Existen momentos en que estamos muy agradecidos con Papá, que no podemos esperar el momento para buscarlo y tener una charla a solas con El. Pero existen ocasiones también en las que nuestro corazón está duro y no desea, no quiere acercarse a Dios. El mayor error que podemos cometer en esos momentos es decirnos a nosotros mismos, que como no hay ganas de hacerlo, entonces Dios no se va agradar porque lo estamos haciendo de manera forzada. Por tanto no lo hago. Y nos quedamos esperando hasta que llegue el momento en que nos vuelvan las ganas. A muchos les pueden volver en una semana, en unos cuantos días, meses, años o no volver nunca más.

Por qué tenemos esa idea de que en todas las ocasiones que vamos a buscar a solas a Dios, tiene que existir una cosa bien espiritual que me lleve a ello. Como si no tuviera que existir esfuerzo alguno de nuestra parte. Los testimonios “más espirituales” son aquellos que dicen algo así como: “el espíritu santo me levantó de madrugada sin yo tener sueño o cansancio alguno”. Ciertamente el testimonio es bonito y edificante, pero por qué tiene que ser más espiritual que otro que diga así como: “puse el despertador en la sala para que no pudiera apagarlo de inmediato, me levanté con ganas de seguir durmiendo pero me eché agua fría en la cara, me dormí en media oración pero le levanté y busqué un lugar más incomodo para no volverme a dormir y pude orarle al Señor y encomendar mi día”.

Sinceramente no sé de dónde exactamente se forma esa idea del cristiano que todo lo espiritual no requiere esfuerzo y disciplina. Quizás leemos los salmos de David como el que dice “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.” (Salmo 42:1). Y concluimos que para buscar a Dios debemos siempre estar desmayándonos de sed con gran anhelo de que El nos de agua. Suena poco espiritual, pero no es así. En muchas ocasiones nuestro yo quiere prevalecer en nuestro corazón con un sentimiento de autosuficiencia, y por tanto no prevalece el sentido de dependencia a nuestro Rey. Pero esto es meramente emocional. Y adivinen qué, nuestra vida cristiana no se debe regir por nuestras emociones, sino por los hechos de Dios establecidos en su Palabra. Así que cuando nuestras emociones nos quieren dominar con pereza, orgullo u otro sentimiento que se levanta en contra de Dios, nuestro conocimiento a través de una mente renovada en Cristo debe llevarnos a sobreponer cualquier emoción.

Cuando uno lee las cartas de uno de los mayores apóstoles en llevar la gran comisión adelante, dígase Pablo, uno se da cuenta que Pablo ponía como un gran valor la disciplina en la vida cristiana. Esta disciplina se ve reflejada en varias analogías que Pablo hace con el atletismo y la guerra. Quisiera pues terminar citando algunos pasajes evidenciando que sí debe haber un esfuerzo, que sí tiene que haber entrega, que sí hay sacrificio. Después de ello puede venir el gozo y todas las emociones, pero estas últimas no deberían controlar lo primero. Sigamos entonces el orden correcto. Disciplina, oración y gozo.

¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
(1 Corintios 9:24-27)

Por tanto nosotros también, teniendo en derredor nuestro una tan grande nube de testigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos con paciencia la carrera que nos es propuesta,
(Hebreos 12:1)

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
(2 Timoteo 4:7)



martes, 29 de marzo de 2011

Mi lugar ideal

Cada persona tiene su propia idea de lo que es su lugar ideal para buscar la cercanía de Dios. Algunos gustan de tener un lugar acondicionado con decoraciones simbolícas que inspiren el contacto con ese Ser supremo. Yo en particular me gustaría si alguna vez tengo la capacidad de hacerlo, acondicionar un espacio donde simplemente pueda aislarme del mundo entero. Que sea lo más obscuro posible y donde no entre ningún ruido en lo absoluto.

He soñado en ocasiones de poder tener la capacidad de alejarme completamente, como si viajara a una galaxia lejana con ninguna estrella, solo un horizonte negro y sin un solo sonido. Ese sería mi lugar perfecto para conversar con Dios. Ciertamente el ruido del ambiente, las preocupaciones diarias, el darnos cuenta simplemente que estamos en un lugar específico, nos distrae en alguna medida como para compenetrarnos en ese contacto que anhelamos todos los hijos de Dios. El querer tener ese contacto de antaño de nuestro padre Adán que se comunicaba directamente con nuestro Dios. Me gustaría ciertamente poder apagar todos mis sentidos y dejar solamente mi mente activa, dedicada únicamente a la presencia del Señor del universo.

martes, 15 de febrero de 2011

¿De dónde viene tu consejo?



Dime de quién decides seguir consejo, y te diré cuánto durará tu reinado. Ese podría haber sido un buen proverbio si Salomón lo hubiera escrito. Le hubiera encajado como anillo al dedo a su hijo Roboam. El libro de I Reyes capítulo 12, narra la historia de cómo Roboam, descendiente directo de Salomón, una vez fallecido su padre se enfrenta a la disyuntiva de una solicitud que le hace el pueblo Israel.

"Tu padre agravó nuestro yugo, mas ahora tú disminuye algo de la dura servidumbre de tu padre, y del yugo pesado que puso sobre nosotros, y te serviremos."

Desde nuestra perspectiva, la petición del pueblo no parecía nada extraordinario ni dificil de aprobar. El pueblo de Israel solo buscaba un poco de misericordia de su nuevo rey, y acambio prometian algo que todo rey sabio anhela, la lealtad de un pueblo de manera no forzada. Pero si seguimos leyendo, nos damos cuenta que Roboam tenía dudas al respecto. Falto de experiencia como rey, hace lo que cualquier persona inteligente haría, pedir consejo a personas más experimentadas.

"Entonces el rey Roboam tomó consejo con los ancianos que habían estado delante de Salomón su padre cuando vivía, y dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que responda a este pueblo? Y ellos le hablaron, diciendo: Si tú fueres hoy siervo de este pueblo, y lo sirvieres, y si les respondieres, y les hablares buenas palabras, ellos te servirán para siempre."

Ojalá Roboam hubiera sido sabio,o si quiera calculador, para seguir el consejo de los ancianos que estuvieron frente a la persona más inteligente que haya existido. Roboam, supongo que un estado de inmadurez juvenil, decide ir con sus contemporáneos. Todos los amigos de barrio con los cuales se había críado desde pequeño. Estos le aconsejan totalmente lo opuesto y aún más. Le persuaden a que endurezca su yugo sobre ellos. La Biblia no lo dice, es más mi imaginación, pero casi que me los dibujo en la mente echándose unos tragos de vino mientras determinan dicha barrabasada.

Como era de esperarse, el pueblo no decidió seguir a un arrebatado poco clemente rey. Y he aquí que comenzó la lucha histórica entre la casa de Judá y la casa de Israel. Todo por la falta de sensatez para discernir entre lo sabio y lo torpe. Aunque debemos considerar también que Jehová tuvo su intervención en esto porque ya había determinado que sucediera esto. Pero no deja de haber culpa en Roboam, en la misma línea que Judás es culpable a pesar de que estaba escrito que el hijo de Dios sería entregado.

A todo esto, mi reflexión con respecto a esta lectura, y aplicándolo un poco a la realidad actual en la que vivimos los jóvenes, es que me doy cuenta que no valoramos para nada el consejo de los ancianos. Sí claro, tenemos nuestros pastores y líderes espirituales, pero haciendo un escaneo rápido en mis experiencias de vida, me doy cuenta que en la mayoría de las ocasiones en que he necesitado apoyo en decisiones críticas o importantes, he acudido a personas bastante cercanas a mi rango de edad. Culturalmente no estoy programado para ir a buscar a personas ancianas a las cuales pueda pedir un consejo. Y no que las deseche como lo hizo Roboam, sino que ni siquiera las determino.

¿Será que nuestra sociedad cadede de ancianos a los cuales un joven pueda ir con toda libertad a buscar ayuda? Claro está que nuestras experiencias quizás con abuelos que no fueron destacados por su ejemplo de vida, nos indispone de gran manera. Pero pienso que si guiaramos un cambio cultural en nuestra sociedad, los jóvenes buscarían a las personas mayores indistintamente de sus experiencias familiares. Es hermoso observar uno de esos programas donde se muestra como los muchachos en Japón invierten su tiempo en ir a atender a los ancianos en sus asilos. Hay una parte caritativa en esto, pero la otra parte me imagino es la riqueza que obtienen estos chicos de tratar con personas que han pasado por tanto en esta vida.

Debemos honrar a nuesto adulto mayor y darle el lugar que se merece.

jueves, 3 de febrero de 2011

Jonás, más que una historia de un gran pez...


A veces cuando nos acordamos de ciertas historias de la Biblia, nuestra mente responde un poco de manera programada como si dijeramos, "ah sí, la ya conocida historia de ...". Me dí cuenta que precisamente eso estaba haciendo con la archi-reconocidísima historia del algo controversial profeta Jonás. Sí, el Jonás que es tragado por un gran pez.

Este corto libro de la Biblia es famoso por el hecho asombroso que se relata. Jonás huyendo de la dirección de Dios es lanzado al mar por un grupo de marineros. Ahí es tragado por un gran pez el cual lo devuelve tres días después en la costa. Sin duda una historia que para los no creyentes es fábulesca, pero que para los que confiamos en Dios no resulta imposible de creer puesto que nuestro Dios formó el universo. Que tan difícil le resulta enviar un pez a tragar un hombre y que este no muera.

En fin, lo que más me llamó la atención en una lectura que hacíamos en un estudio biblíco grupal, fue el poner especial atención a lo que considero yo es el mensaje principal de este libro. La misericordia de Dios. El libro de Jonás relata una historia de redención de una ciudad que estaba condeanda a la destrucción por su pecado. Sin embargo no ocurrió como en Sodoma y Gomorra donde no hubo alerta ninguna a sus pobladores (o quizás sí lo hubo pero la Biblia no lo específica). En este relato Jonás es enviado a proclamar palabra de juicio de parte de Dios a la ciudad de Nínive. Dios les estaba dando una oportunidad de arrepentimiento a sus pobladores, y Jonás lo sabía:

2 Así que oró a Jehová y le dijo:

--¡Ah, Jehová!, ¿no es esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis, porque yo sabía que tú eres un Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte y de gran misericordia, que te arrepientes del mal. Jonás 4:2

En lo último del relato Dios decide darle una lección al molesto profeta, poniéndole un ejemplo de como el hombre se puede apegar a cosas triviales como lo es una calabacera que le cubra del sol. Es inclusive gracioso como nuestro profeta, ligero de palabras, lamenta su situación soltando una frase como: "Mejor sería para mí la muerte que la vida", solo porque un viento mandado por Dios secó su útil calabacera.

10 Entonces Jehová le dijo:

--Tú tienes lástima de una calabacera en la que no trabajaste, ni a la cual has hecho crecer, que en espacio de una noche nació y en espacio de otra noche pereció,

11 ¿y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales? Jonás 4:10-11

Para nosotros, seres mortales y limitados, no es dificil entender a toda cabalidad la enorme inmensidad de la misericordia de Dios. Pareciera fácil decir que Jonás era un hombre torpe y que uno no sería tan inmisericordioso como lo fue él al molestarse del perdón de Dios. ¿Pero quién garantiza eso? Existe todo un contexto que no me voy a detener a explicar en detalle, pero los estudiosos de la Biblia afirman que Nínive era una ciudad enemiga del pueblo de Israel que había invadido en una ocasión al pueblo de Dios. Es fácil tener compasión por alguien que estimas o que al menos no conoces. ¿Pero que tal alguien que te ha hecho mucho daño?

Siempre debemos examinar muy cuidadosamente estos relatos donde existe una interacción hombre-Dios, porque casi siempre Dios nos quiere ilustrar cuál es la condición caída del hombre, y cuál es la condición perfecta y digna de imitar de nuestro Señor y Rey.

domingo, 16 de enero de 2011

Una demanda imposible

Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.
Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.
Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?
Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.
Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.

Mateo 19:16-30

Recientemente, mi esposa me hizo saber un pequeño malestar que tenía porque al leer ciertos pasajes de la Biblia, le parecía que Dios le demandaba algo que ella no sentía tener la capacidad de hacer. Esta aparente demanda es dejarlo absolutamente todo por seguir a Cristo. El pasaje que más ilustra esta aparente demanda por parte de Dios, es donde Jesús tiene un encuentro con un joven rico (Mateo 19:16-30). Esta es la historia donde Jesús lanza una controversial afirmación, si se lee sin analizar bien el pasaje.

"De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos."

Casi pareciera que Jesús era un comunista cuando uno lee estos versículos. Jesús manda al rico a vender todas sus posesiones, repartirlas a los pobres y a seguirlo a él. Es tan controversial la afirmación de nuestro Señor que los mismos discípulos se quedan admirados e intrigados. Tanto es su asombro que se preguntan a sí mismos "¿Quién, entonces podrá ser salvo?"

¿Lo habrán preguntado ellos teniendo temor por su propia salvación? Pareciera que no ya que el mismo Pedro para defensa suya afirma que ellos ya lo han dejado todo:

"Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué pues tendremos?"

Si los discípulos tenían ese alivio en su corazón que lo que demandaba Jesús, ya ellos lo estaban cumpliendo, de quiénes pensaban entonces que era dura la salvación. Pareciera en mi interpretación de la lectura, que la respuesta es de todos aquellos que no formaban parte de los doce discípulos. Si la salvación dependía de vender todas las posesiones y dejarlo todo para seguir a Jesús, entonces los discípulos se imaginaban que la gran mayoría perdería el examen como pareciera que lo hizo el joven rico.

Algunos cristianos son rápidos en sacar conclusiones en contra de las personas adineradas. Sostienen que ningún cristiano puede ser millonario porque el mismo Jesús dijo que era más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja que un rico entre al Reino de Dios. Para mi dicha acusación es errada y hasta suicida diría yo. La riqueza material no depende de la cantidad de posesiones que se tengan sino del apego en mi corazón que yo tenga hacia ellas. Incluso el apego a las cosas materiales que ni siquiera tengo. Quizás una persona podría poseer solo una casita "humilde", pero tener el mismo apego en su corazón que el de un millonario avaro con su fortuna.

¿Pero entonces, qué significa lo que dijo Jesús acerca de los ricos y el Reino de Dios? Quizás la clave está en la respuesta a la interrogante de los discípulos:

"Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible."

Jesús dice que para los hombres esto sería imposible, más para Dios todo es posible. Será que Jesucristo estará queriendo enseñar en ese momento acerca de la gracia de Dios. Para mí esa es la opción más conciliadora. Sino veámoslo de esta manera. Jamás podríamos evangelizar porque primero, no serían buenas nuevas de salvación ya que casi nadie podría salvarse ante un mensaje tan duro. Segundo, nunca podríamos presentar un mensaje sencillo de salvación porque lo que tendríamos que hacer en lugar de acercarnos a las personas con un tratado y una Biblia, sería llevar un cuaderno de notas para interrogar a las personas acerca de sus posesiones para luego decirles que tienen que vender todo y seguir a Cristo (en forma de la iglesia que representaríamos). Suena terrorífico este acercamiento sectarista del mensaje de salvación. Esto no sería gracia sino salvación por obras. Algo que es contrario a la doctrina cristiana de la salvación por gracias.

No sabemos con exactitud con qué actitud se habrá acercado el joven delante de Jesús, pero al menos la misma Palabra nos deja una pista cuando Jesús antecede su demanda con el "Si quieres ser perfecto". Humanamente eso habría sido el único faltante al joven rico para ser perfecto pues ya evidenciaba, al menos de palabra, que obedecía la ley a cabalidad. Pero luego Jesús afirma, no que para el hombre esto es difícil, sino imposible.

Conclusión, ¿nos demanda Jesús a todos sus hijos e hijas enormes requisitos como este para poder seguirle? Yo creo que quizás a algunos cuantos de sus escogidos sí, pero no como requisito de salvación, Sino como un mandato más supremo de acuerdo a la medida de fe que coloca a algunos de sus escogidos.

lunes, 10 de enero de 2011

"Fast food"

Muchas veces como cristiano siento que somos bastante mal agradecidos con uno de los mayores regalos de Dios para el hombre. Su Palabra. No pretendo referirme a la forma más evidente de ingratitud, la cual es ignorarla al no dedicarle suficiente tiempo a su lectura y estudio. Para todos es bien claro, al menos en la teoría, que es supremamente necesario amar la Biblia como el libro más sagrado de todos. Buscar la sabiduría que solo se adquiere al asimilar los principios de vida que en ella se encierran.

Lo que sí me parece un poco menos evidente en el conciente colectivo de los hijos de Dios, es lo aventurados que somos para llegar a conclusiones de índole espiritual con solo tomarnos unos minutos de lectura. Veamos si me puedo explicar. Yo tengo la opinión que estamos viviendo una de las épocas más individualistas de nuestra humanidad, al menos de la cultura occidental. Estamos acostumbrados a querer buscar el placer de una manera casi instantánea. La tecnología ha sido un motor que ha impulsado esta actitud. Cada vez nos resulta más sencillo obtener cosas que antes tomaban muchísimo esfuerzo. Y no digo que esto este mal; tampoco voy a pretender que nos devolvamos a la era prehistórica. Pero pareciera que la exigente rápidez de nuestra sociedad en repetidas ocasiones la queremos trasladar al ámbito espiritual.

Todos pasamos por situaciones difíciles que prueban nuestra permanencia en el Señor. Cuando estamos en esos momentos de prueba queremos buscar refugio en Dios lo cual es la actitud correcta, y siempre idónea. Entonces abrimos la Biblia para ver que "nos habla Dios". Algunos se preguntaran porque entrecomillo esta frase. No, no estoy siendo hereje. Yo creo al igual que usted que Dios nos habla a travez de su Palabra. ¿Entonces a qué me refiero? Me refiero a que creo que habemos cristianos que muchas veces queremos respuestas rápidas y super mega extra personalizadas que nos haga sentir como si Dios hubiera acomodado los versículos para nosotros. Es ahí donde creo que la Palabra es tratada como un tipo de bolita de cristal ya que se sacan pasajes de la Biblia totalmente fuera de su contexto.

Estaba leyendo Lucas 4 donde se relata como Jesús es llevado al desierto para ser tentado por Satanás. Cuando uno lee la última tentación, ¿qué utiliza Satanás para tentar a Jesús? La misma Palabra de Dios: "porque escrito está...". Evidentemente Satanás es el padre de la mentira y utiliza de una manera torcida las escrituras para querer hacer caer al Hijo de Dios. Todos conocemos el descelance de esta historia; que Jesús teniendo un panorama más amplio de las escrituras no podía ser engañado al querer aislar un pasaje en específico usado de manera perversa.

A veces también sucede que como parte del afán de querer todo de manera instántanea, cuando leemos algo en la Biblia que no entendemos porque nos parece contradictorio a lo que hemos aprendido como un principio de toda la vida, somos rápidos para juzgar a Dios, claro que de manera interna porque no estamos acostumbrados a ser abiertos en estas dudas por temor a parecer poco espirituales, sin tomarnos el tiempo de dedicarle un estudio exhaustivo para tratar de entender el contexto en el cual se enseña algo.

La Biblia es un gran libro que nos enseña muchas cosas que se pueden asimilar de manera sencilla (leche espiritual), pero hay otras verdades que necesitan mayor procesamiento digestivo (la famosa carnita o vianda). Pero como a veces probamos la leche, queremos que toda la Palabra de Dios se pueda digerir como lechita. Tenemos que desarrollar paciencia y espera como hijos de Dios. A veces nos tocará no entender algo que se revela en la Palabra Dios y simplemente confiar en El hasta que podamos dar otro paso en nuestro desarrollo espiritual.

sábado, 8 de enero de 2011

Amamos menos porque se "nos perdona menos"

¿Qué tan agradecidos somos con Dios? específicamente por lo que representa su sacrificio que nos libró de pagar por nuestros pecados cuando aceptamos su regalo, y le reconocímos Señor de nuestras vidas.

La respuesta siempre va tender a ser bastante subjetiva porque mucho depende de las circustancias personales de cada persona. Aún debemos ser cautelosos por los que parecieran ser muy entregados a Dios. La misma Palabra nos guarda de estar alertas pues siempre van haber lobos disfrazados de ovejas.

Hace poco caí en la lectura del pasaje de Lucas 7: 36-50, donde Jesús comiendo en casa de un fariseo tiene un encuentro con una mujer que quiebra un frasco de alabastro y unge sus pies con el ungüento y aús sus propias lágrimas. El fariseo conociendo que la mujer era pecadora, emite juicio pensando para sí mismo que si Jesús fuera profeta, no dejaría que la mujer se le acercara. Nuestro Señor conociendo los pensamientos del fariseo le relata una parábola acerca de dos personas que tenían una deuda con un acreedor. Uno debía un monto pequeño y el otro un monto grande. El acreedor decide perdonarle la deuda a ambos. Entonces Jesús pregunta ¿quién amará más al acreedor? la respuesta es lógica y el fariseo lo entiende, él que debía más.

Dios en su Palabra nos compara como deudores; somos personas que tenemos saldos con Dios. No solamente somos deudores, sino que también estamos en bancarrota, no hay manera que podamos pagarle a Dios por nuestras deudas. En la historia que nos relata Jesús el acreedor perdonó las deudas porque las personas no podían pagarle. De otras manera no sería tan significativo contar que les perdonó lo que le debían.

De este relato lo que más me deja reflexionando es lo que Jesús dice al final:

"Sus muchos pecados son perdonados, porque amó mucho; mas a quien se le perdona poco, poco ama."

Tenemos un cierto cliché en nuestro lenguaje cristiano que dice algo así como: "para Dios todos los pecados son iguales", refiriéndonos a que aunque una persona sea en apariencia muy buena, sus pocos pecados necesitan ser perdonados de la misma forma que los pecados de un violador o asesino en serie. Esta verdad a pesar de que es aplicada la primera vez que le entregamos nuestra vida al Salvador, pues para haber conversión se necesita que halla convicción de pecado, cuesta seguir aplicándola en el resto de nuestras vidas cristianas. Inconcientemente nos comparamos con otros y determinamos que "no somos tan malos", y por tanto no necesitamos tanto de Dios, y por tanto no le amamos como debiéramos.

La solución por supuesto que no es irse al mundo y pecar muchísimo más para volver a arrepentirnos y así amarle más. Suena bien tonto mencionarlo, pero he escuchado de predicadores que conocen personas que han hecho eso. No tengo una respuesta muy clara, pero pienso que una forma de vencer esto es tener en cuenta todo el tiempo que somos cochinos, sucios, pecadores, no para sentirnos tristes y acusados, sino más bien para buscar gozo en ello al saber que Jesús clavó toda nuestra maldad en la cruz.

Sin duda tenemos que amarle más a pesar de que nuestra lista de pecados no sea tan grande como la de nuestro vecino.

jueves, 6 de enero de 2011

Mi admiración nostálgica por el espíritu humano

Existen muchas cosas en el mundo que nos maravillan. De todas ellas hay una en particular que me causa mucha nostalgia cuando me detengo a admirarla. El espíritu humano. Se manifiesta de tantas maneras, pero hay una en particular que es capaz de tocar lo profundo del alma. Sin duda la música es un lente que permite maginificar los pensamientos, emociones y profundos deseos de una persona.

Aquellos que hacen de la música una profesión colocando toda la pasión de su ser en ello, logran plasmar en sus creaciones destellos de las características únicas que Dios nos ha dado como creación especial suya. Y no lo digo solo por los hijos de Dios redimidos por su gracia. Todos los hombres y mujeres del mundo poseen dichos rasgos propios de su creador, ya sea que reconozcan o no al autor de sus vidas. La creatividad del hombre es para mi esa parte, casi diría que sobrenatural de su ser que busca entender el mundo donde está, pero que sin la revelación de Dios es incompleta y desespera por completo por hallar la verdad de todo lo que le rodea.

Últimamente he descubierto mi admiración por la música de Los Beatles. Este cuarteto de Liverpool que causó una revolución músical en sus tiempos de gloria, continua causando fascinación en las nuevas generaciones. Cuando escucho sus canciones siento una controversia, sentimiento encontrados de admirar su gran talento artístico pero a la vez darme cuenta de lo bastante superficial que que han sido sus vidas en comparación con su popularidad. El caso de John Lennon es en particular el que me causa mayor nostalgia. A pesar de lo que digan de John Lennon, "el Maestro" como dirían algunos, las desiciones que tomó en cuanto a su familia reflejaron lo marcado de sus conflictos sin resolver. Quería salvar al mundo pero no fue capaz de ser un ejemplo de hogar.

Yo me pongo a reflexionar, si nosotros como humanos nos causa tristeza esta dicotomía humana, cuánto más Dios que conoce a todos los humanos que viven y han vivido sobre esta tierra. La Biblia no lo describe muy específicamente, pero yo pienso que Dios se duele. Jamás en la misma forma en que un humano se dolerá, pero sí creo que en su naturaleza está esa capacidad de sentir dolor ante la naturaleza quebrada del hombre.